En el octavo día consecutivo de manifestaciones en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, las madres de personas desaparecidas han dirigido su clamor hacia una inusual fuente: el crimen organizado. Con la esperanza de obtener respuestas sobre el paradero de sus seres queridos, las madres han realizado un emotivo llamado a través de llamadas y mensajes.
Entre las voces desesperadas se encuentran las madres de Edwin Alejandro Delgado Vázquez y Cassandra Torres Arias, quienes fueron reportados como desaparecidos en Tuxtla Gutiérrez y el municipio de Berriozabal. Estas valientes mujeres han llegado al límite de su paciencia y han optado por apelar directamente a los perpetradores de las desapariciones.
La decisión de dirigirse al crimen organizado surge debido a la falta de acción por parte de las autoridades competentes en Chiapas. Tanto la Fiscalía General del Estado de Chiapas como la Comisión Estatal de Búsqueda han sido señaladas por las madres de desaparecidos por no llevar a cabo una búsqueda efectiva y exhaustiva.
Según las madres en resistencia de Chiapas, quienes se han organizado para alzar la voz y exigir justicia, las autoridades les han comunicado que el crimen organizado es el responsable de las desapariciones de sus hijos e hijas. Esta respuesta ha generado frustración y desconfianza en las madres, quienes sienten que sus casos han sido abandonados y que las vidas de sus seres queridos no importan lo suficiente para ser investigadas de manera adecuada.
En su lucha por encontrar a sus hijos e hijas, las madres de desaparecidos en Chiapas han decidido unirse y formar un frente común. A través de Madres en Resistencia Chiapas, buscan visibilizar su situación y presionar a las autoridades para que tomen acciones concretas en la búsqueda de sus seres queridos.
La valentía y determinación de estas madres en resistencia es un recordatorio desgarrador de la crisis de desapariciones que persiste en México. Su llamado desesperado al crimen organizado refleja la falta de confianza en las instituciones encargadas de proteger a la sociedad y de llevar a cabo investigaciones exhaustivas.
Mientras estas madres continúan exigiendo respuestas y luchando por la justicia, queda en evidencia la necesidad urgente de fortalecer los mecanismos de búsqueda y las garantías de seguridad en México. La esperanza de estas madres, así como la de miles de familias en situaciones similares, se mantiene encendida a pesar de la adversidad y la falta de apoyo institucional.