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sábado, septiembre 7, 2024

CONTRATOS DE ULTRATUMBA

Como si de regresar a los muertos a la vida se tratara, Juanita Alonso Marrufo trajo de vuelta a un proveedor “fantasma”, quien sacó más de ocho millones de pesos durante las gestiones del difunto Marciano Dzul y Alexander Zetina Aguiluz

Sin tener registro en el Padrón de Proveedores y en el Registro Público de Comercio, este contratista volvió a hacerse de un contrato de más de dos millones de pesos para la construcción de bóvedas en el panteón municipal

Aunado a la falta de información de esta “empresa fantasma”, resalta aún más el hecho de que el contrato no se encuentra en la plataforma de transparencia, además de que el domicilio fiscal del proveedor se ubica en una casa habitación en un fraccionamiento de Chetumal

Cozumel. – Como si de regresar a los muertos a la vida se tratara, Juanita Alonso Marrufo trajo de vuelta a un proveedor “fantasma”, el cual tuvo mucho auge durante las gestiones municipales que abarcaron del 2018 al 2021, y parte de la 2021 -2024, especialmente durante la gestión del difunto “Jefe Maya”, Marciano Dzul Caamal.

Se trata de Carlos Fernando Arévalo Cohuó, proveedor que se “ganó” la confianza del ayuntamiento al presentar una propuesta de trabajo que, de acuerdo con el documento, fue la más solvente.

Por lo que, de acuerdo con la PNT, se le otorgó el contrato con número MCO-DOP-RP-LPE/13-013-2023, el cual establece que realizará labores de construcción de bóvedas en el panteón municipal; sin embargo, esta información sólo se conoce debido a que son detalles superficiales que se encuentran dentro del análisis cualitativo de la propuesta.

Y es que en lo que respecta a los pormenores de la elaboración, anticipos o vigencia de los trabajos, dicha información de vital importancia no se encuentra, pues el contrato está celosamente resguardado por la edil, y esto se puede ver gracias a que el departamento de transparencia de Alonso Marrufo sólo subió el acta de fallo a la plataforma.


Asimismo, es de mencionar que tampoco existe información a favor de Arévalo Cohuó, pues este no se encuentra registrado en el Padrón de Proveedores, ni el Registro Público de Comercio. No obstante, lo anterior no fue impedimento para que la alcaldesa le otorgara un monto total de 2 millones 184 mil 917.42 pesos

Por lo que resulta inverosímil cómo a pesar de no estar de alta en estos registros de importancia, se le pudo otorgar el contrato a esta empresa, la cual, de acuerdo con su sitio web, tiene sus oficinas en una casa habitación ubicada el fraccionamiento Sian Ka´an II de la capital del estado

No obstante, este tipo de contubernios opacos no son exclusivos de la munícipe Alonso Marrufo; uno de los exalcaldes que utilizó mucho a este contratista fantasma fue Alexander Zetina Aguiluz, pues durante su último año al frente del municipio de Bacalar pagó 1 millón 246 mil 172.78 pesos para reacondicionar las oficinas de Palacio, trabajo que se sacó de la manga y que, supuestamente, inició el 18 de noviembre y finalizó el 27 de diciembre de 2020, por lo cual contrató a la persona física de Carlos Fernando Arévalo Cohuó.

Asimismo, para las gestiones posteriores, el edil que “pagaría” por los servicios de Arévalo Cohuó fue el ahora difunto Marciano Dzul Caamal, quien le daría más de 7 millones de pesos, los cuales fueron para “el mejoramiento urbano” de Tulum y para sus señaléticas.

Con información de Sol Quintana Roo

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