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sábado, marzo 15, 2025

Preocupa caída en hábitos de lectura en México; expertos advierten crisis educativa

En los últimos diez años, la población lectora en México ha disminuido significativamente, pasando del 84.2% en 2015 al 69.6% en 2024, según cifras oficiales del Módulo sobre Lectura del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este descenso de 14 puntos porcentuales ha generado preocupación entre expertos en educación y promoción de la lectura.

Además, un estudio realizado por el instituto educativo Kumon, basado en más de 45 mil diagnósticos académicos en México y otros países de Centroamérica, reveló que más del 60% de los estudiantes de nivel básico tienen dificultades para leer con fluidez y comprender lo que leen. En particular, alumnos de sexto de primaria y secundaria presentan un nivel equivalente al de segundo grado, señaló Ana Teresa Velázquez Centeno, franquiciataria del Centro Kumon La Campiña en León.

México, rezagado en hábitos de lectura

Según el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), organismo respaldado por la Unesco, México ocupa el sexto lugar en la región en hábitos de lectura. Argentina encabeza la lista con un promedio de 5.4 libros leídos por persona al año, seguido de Chile con 4.5. Brasil, Colombia y Perú también superan a México en este indicador.

El especialista en educación del instituto Kumon, Carlos Ramírez Perales, advirtió que esta tendencia podría derivar en un aumento de analfabetismo funcional en el país y en otras naciones de Latinoamérica. Actualmente, se estima que el 4.7% de la población mexicana enfrenta esta condición, lo que implica dificultades para comprender textos básicos a pesar de saber leer y escribir.

Secuelas de la pandemia en la educación

La crisis educativa en la región se vio agravada por la pandemia de Covid-19. Según un informe del Banco Mundial y Unicef, publicado dos años después de la pandemia, cuatro de cada cinco alumnos de sexto grado en América Latina y el Caribe no alcanzarían el nivel mínimo de comprensión lectora.

Durante el confinamiento, los estudiantes perdieron, en promedio, dos tercios de los días de clase presencial, lo que se tradujo en un déficit de aproximadamente 1.5 años de aprendizaje. Este rezago educativo ha impactado directamente en el desarrollo de habilidades lectoras, dificultando aún más la mejora de los hábitos de lectura en la región.

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