El primer ministro de Portugal, Luís Montenegro, declaró el martes el estado de desastre en las zonas más afectadas e invocó poderes para movilizar más bomberos y funcionarios
Más de 100 incendios forestales llevaban al límite a miles de bomberos en el norte de Portugal. Siete personas han muerto desde el miércoles, cuando comenzó el peor brote de fuegos en los últimos años.
El primer ministro de Portugal, Luís Montenegro, declaró el martes el estado de desastre en las zonas más afectadas e invocó poderes para movilizar más bomberos y funcionarios. También pidió a los investigadores policiales que redoblaran sus esfuerzos por encontrar a los que iniciaron los incendios y prometió ayuda a los que perdieron sus hogares o han sido evacuados.
“Somos muy conscientes de que estas horas difíciles no han terminado”, dijo Montenegro en un mensaje televisado al país. “Tenemos que seguir dando todo lo que tenemos y pedimos ayuda a nuestros socios y amigos para que podamos reforzar la protección de nuestra gente y propiedades”.
El servicio europeo de observación por satélite Copernicus indicó que para el martes por la noche habían ardido unas 15 mil hectáreas y se habían detectado un total de 13 kilómetros de frentes de fuego. Las llamas amenazaban una zona donde viven 210 mil personas, añadió.
Las condiciones secas y cálidas que llevaron a los incendios en Portugal coincidieron esta semana con inundaciones en Europa central. La Unión Europea dijo el miércoles que los fenómenos extremos contrapuestos eran una prueba de un “colapso climático”.
España, Francia, Italia y Grecia, miembros de la UE, prometieron enviar cada uno dos aviones que descargaban agua para ayudar a los bomberos portugueses.
El ejército español también envió al país vecino 240 soldados y vehículos de su Unidad Militar de Emergencias especializados en la lucha contra el fuego.
Una densa humareda gris y el olor a madera quemada llegaron a la frontera con el noroeste de España, a unos 85 kilómetros.
Montenegro hizo una llamada especial a las fuerzas de seguridad para que persiguieran a pirómanos y a cualquier persona que iniciara un incendio por negligencia. La policía nacional portuguesa dijo haber detenido a siete hombres sospechosos de iniciar incendios forestales en los últimos días. Las autoridades han prohibido el uso de equipamiento agrícola pesado para reducir el riesgo de que se inicien fuegos de forma accidental.
Una de las zonas más afectadas era el distrito de Aveiro, al sur de la ciudad norteña de Oporto, aunque también había grandes fuegos fuera de control en otras zonas boscosas.
Las autoridades aún no habían dado cifras de daños a la propiedad ni de evacuados, pero la televisora estatal RTP mostró imágenes de casas calcinadas en poblados rurales y de vecinos de la zona intentando hacer frente a las llamas con cubos de agua, mangueras e incluso ramas grandes. Otras imágenes televisadas mostraban que un humo anaranjado reducía la visibilidad a apenas unos pocos metros.
Tres bomberos murieron el martes en su vehículo y otro sucumbió ante lo que las autoridades describieron como una “enfermedad repentina” cuando trabajaba el fin de semana. También han muerto tres civiles, según las autoridades de protección civil.
Portugal se vio devastada por enormes incendios en 2017 que mataron a más de 120 personas.
Los expertos relacionan los incendios tanto con el cambio climático como con el abandono de oficios tradicionales en bosques y campos de cultivo, que mantenían las zonas rurales despejadas de maleza que ahora sirve de combustible al fuego.