Mexicanos deportados por la Administración de Donald Trump han denunciado que las autoridades estadounidenses los mantuvieron encerrados y esposados durante días antes de su retorno a México. A pesar de estas denuncias, el Gobierno de México ha negado que se presenten violaciones a los derechos humanos y ha prometido defender a los connacionales afectados.
Las personas retornadas relataron a la agencia EFE haber sufrido maltratos en Estados Unidos antes de ser trasladadas al Centro de Atención de Deportados en Tijuana, ubicado a 15 kilómetros del puerto fronterizo El Chaparral. En este lugar, permanecen dos días y reciben apoyo para su traslado a sus lugares de origen.
Uno de los deportados, Iván Ramos Reyes, originario de Chihuahua, describió su experiencia como “amarga y frustrante”, ya que tras casi una década en Estados Unidos, fue detenido abruptamente y deportado. “Vivía en Las Vegas, tenía ocho años trabajando en la construcción y estaba bien. Me detuvieron cuando iba en mi carro a Utah, con el pretexto de que no encendí las luces. Luego llamaron a migración y, tras dos días encerrado, me enviaron de vuelta”, relató.
Ramos Reyes expresó su frustración por haber perdido todo lo que logró con su trabajo y no descartó la posibilidad de intentar cruzar nuevamente la frontera.
Denuncias de Violaciones a Derechos Humanos
Desde el inicio del mandato de Trump el 20 de enero, el Gobierno de México ha reportado 14,470 deportaciones. Sin embargo, ha minimizado las denuncias de abusos, documentando solo dos presuntos casos, uno de un mexicano y otro de una guatemalteca.
El canciller Juan Ramón de la Fuente aseguró que “a suelo mexicano por supuesto que no llegan esposados (…) aquí nadie los trata así”. No obstante, testimonios de migrantes contradicen estas afirmaciones.
Rogelio, otro deportado, relató que fue tratado con dureza por las autoridades estadounidenses. “Nos recibieron mal, nos mantuvieron esposados desde la medianoche del día en que nos detuvieron y sin información sobre lo que pasaría con nosotros”, señaló. Asimismo, explicó que, tras haber cruzado por Tecate a California, le informaron que “no estaban otorgando asilo, solo deportando gente”.
Daniel, otro connacional, narró con sarcasmo su experiencia: “Pasé tres días en el desierto sin comer, me detuvieron y luego me encerraron esposado. Por eso estoy contento de regresar a mi país, aunque no descarto volver a intentar cruzar”.
Hombres, la Mayoría de los Deportados
Mónica Vega, coordinadora del Centro de Atención a Repatriados, informó que desde la apertura del centro han recibido a 754 personas, de las cuales el 90% son hombres. Según Vega, en su mayoría se trata de personas que intentaron cruzar sin éxito, aunque también hay casos de solicitantes de asilo cuya petición fue rechazada o trabajadores a quienes se les negó la renovación de su permiso laboral y fueron deportados.
Algunas de estas personas optan por trasladarse a otros albergues en Tijuana, otras son recogidas por sus familias, y el resto recibe apoyo del Gobierno mexicano para regresar a sus ciudades de origen.
