Desde el domingo, lluvias torrenciales que han alcanzado hasta 115 litros por metro cuadrado en Tarragona y Barcelona, han dejado paralizada Cataluña, en el noreste de España. El temporal ha afectado gravemente la movilidad, causando la suspensión de trenes de cercanías y cancelación de vuelos, además de provocar cortes en la alta velocidad y severas inundaciones en carreteras. Estas condiciones han puesto a algunas zonas en riesgo de desbordamientos, con ríos como el Francolí, Besòs y Llobregat aumentando peligrosamente su caudal.
Desde la noche anterior, el temporal desplazado hacia Barcelona ha provocado que municipios del Baix Llobregat, Barcelonès, Garraf, Maresme, y Vallès recibieran alertas de seguridad, exhortando a la ciudadanía a evitar desplazamientos no esenciales. Las intensas lluvias en solo dos horas han acumulado hasta 131 litros por metro cuadrado, inundando carreteras y el aeropuerto de El Prat, donde se han cancelado medio centenar de vuelos y desviado otros 17.
La red de cercanías de Renfe ha suspendido todos sus servicios, salvo la línea RL3, y se han cerrado algunas estaciones de metro en Barcelona debido a las inundaciones. Las carreteras también se han visto afectadas, con varias vías cortadas, como la autovía C-32 y la AP-7, lo que ha generado largas retenciones y vehículos atrapados en el agua.
El temporal, que ha dejado un récord de 115 litros por metro cuadrado en Viladecans, es el resultado de cuatro tormentas simultáneas, de las cuales una se ha originado en el mar. Esta situación sin precedentes ha forzado la emisión de alertas rojas en varias zonas de Tarragona, donde también se suspendieron clases, visitas sanitarias y juicios, y se recomendó a los trabajadores permanecer en sus hogares.