Un informe reciente de la ONU advierte que la economía global se dirige hacia una fase de “nueva normalidad de bajo crecimiento”, con una proyección de tasas de crecimiento de aproximadamente 2,7% para este año y el próximo. Esta cifra está por debajo del promedio del 3% registrado entre 2001 y 2019. Además, el aumento de la inflación está generando un creciente descontento social a nivel mundial. El informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) subraya que factores como el bajo crecimiento, la alta deuda, la debilidad en la inversión y la fragmentación del comercio global están intensificando las divisiones económicas entre países.
La secretaria general de la UNCTAD, Rebeca Grynspan, afirmó la necesidad de “repensar las estrategias globales de desarrollo, reformar el sistema financiero internacional y revivir el compromiso con el multilateralismo” para apoyar efectivamente a las economías en desarrollo.
El informe destaca que la desaceleración económica ha sido aún más aguda para las economías en desarrollo, que experimentaron un crecimiento anual promedio del 6.6 % entre 2003 y 2013. En comparación, el crecimiento de estas economías se redujo a 4.4 % entre 2014 y 2024. y si se excluye a China, la tasa desciende a 2,8% en la última década.
Además, las economías en desarrollo han incrementado su deuda en un 70 % entre 2010 y 2023, lo que coloca a muchos países en riesgo de tener que implementar de austeridad, comprometiendo así el avance hacia un desarrollo inclusivo, alerta la UNCTAD.
Pese a este contexto, la UNCTAD también identifica oportunidades para las economías en desarrollo, como el crecimiento del comercio sur-sur, que ha pasado de 2,3 billones de dólares en 2007 a 5,6 billones en 2023. También menciona la transición verde, que podría abrir nuevos caminos para el crecimiento mediante la demanda de vehículos eléctricos, energías renovables y minerales críticos que se encuentran en su mayoría en África y América Latina.
