Dos astronautas de la NASA, Butch Wilmore y Suni Williams, permanecerán varados en la Estación Espacial Internacional (EEI) hasta el próximo año después de que la agencia espacial estadounidense decidiera que es demasiado arriesgado traerlos de regreso a la Tierra en la nueva cápsula de Boeing, Starliner. La decisión fue anunciada el sábado por los altos directivos de la NASA, quienes optaron por esperar a que una nave de SpaceX recoja a los astronautas en febrero de 2025. Lo que inicialmente estaba previsto como un viaje de prueba de una semana se extenderá ahora a más de ocho meses.
Los pilotos han estado en la EEI desde principios de junio, luego de que una serie de averías en los propulsores y fugas de helio en la cápsula de Boeing arruinaran su misión, dejándolos en una situación de espera mientras los ingenieros analizaban las posibles soluciones para un retorno seguro. Tras casi tres meses de evaluaciones y pruebas, la NASA decidió no arriesgar la integridad de los astronautas en un retorno con el Starliner.
La cápsula de Boeing intentará un regreso a la Tierra en piloto automático a principios de septiembre, aterrizando en el desierto de Nuevo México. “Por naturaleza, un vuelo de prueba no es ni seguro ni rutinario”, explicó Bill Nelson, administrador de la NASA. Jim Free, administrador asociado, añadió: “No ha sido una decisión fácil, pero es absolutamente la correcta”.
Esta decisión supone un golpe significativo para Boeing, que buscaba recuperar su reputación y confianza en el programa Starliner tras años de retrasos y sobrecostos. Boeing había defendido la seguridad del Starliner con base en todas las pruebas recientes realizadas tanto en el espacio como en la Tierra. En un comunicado emitido por la compañía, señalaron: “Boeing continúa centrándose, en primer lugar, en la seguridad de la tripulación y de la nave. Realizamos las misiones según lo determinado por la NASA y estamos preparando la nave para un retorno sin tripulación seguro y exitoso”.
Este contratiempo añade más presión a Boeing, que ya enfrenta desafíos de seguridad en su división aeronáutica, y representa un revés en sus intentos por competir en el sector de vuelos espaciales tripulados comerciales.